viernes, 19 de diciembre de 2014

REFLEXIÓN DE INNOVACIÓN (1ª Parte)

Y ahora llegó el momento de innovar, pero… ¿cualquier cosa es innovar?.
Hoy en día se le da mucho bombo y platillo al tema de la innovación; que si innovación  en la escuela, innovación de empresas, reformas “innovadoras” en la economía, en las leyes, en ideas sociales, en  tradiciones, en el diseño de ropa… en casi todo. Este concepto puede ser tan amplio como cada uno quiera, ya que existen diversas ideas y pluralidad de definiciones según cada autor.
Sin embargo, cuando nos paramos a pensar en el interrogante anteriormente planteado, la gente se achica. Es decir, se echan para atrás y rechazan lo nuevo, porque la innovación crea desconfianza, todo aquello que se sale de nuestras costumbres o rutinas, que nos obliga a establecer nuevos patrones nos asusta. Es un campo donde supuestamente todo puede servir, pero en la práctica existen muchos factores que, a mí por lo menos, me demuestran que no todo es innovar.
En esta asignatura he podido apreciar y contrastar las ideas de otros compañeros acerca del presente tema y he apreciado que el enfoque creativo es fundamental para que algo fluya de forma innovadora, ya que consiste en indagar y tratar nuevos temas, en crear o plantear formas de trabajo diferentes, adaptarlas, en continuo movimiento, cambiar y mejorar ideas, resolver dudas de forma diferente, etc…
Mas, ¿por qué nos da miedo dejar a un lado las ideas más tradicionales, y pasarnos a las más revolucionarias que surgen cuando innovamos?. Puede que sea porque somos sujetos atados a las costumbres, o porque preferimos que nos lo den todo pautado y masticadito a rediseñarnos a nosotros mismos y nuestras ideas, mas es extraño, pues nos quejamos de cómo son las cosas y queremos utopías pero aunque en la actualidad busquemos más esos cambios, las mejoras, las reformas positivas, la renovación y posterior abandono de esa idea o proyectos…, sigue habiendo trabas al desarrollo en todos los ámbitos sociales y educativos.
Por ejemplo, en los proyectos de innovación educativos, hemos reencontrar la compatibilidad, y funcionalidad, a la par que atender a las características del contexto, pero eso no nos asegura que nuestra idea cree cambios, o que como mínimo se lleve a la práctica.

En la realidad educativa de nuestro país, los proyectos innovadores empiezan a florecer a pesar de las trabas sociales y económicas, ya que muchos centros se centran en estas ideas y surgen planteamientos muy adecuados y relativamente adaptables, pero ¿es esto una moda más para alcanzar a otros sistemas educativos o responde a las necesidades educativas de los ciudadanos?, porque yo creo que la innovación es un campo donde se ha de invertir, pero si innovar es crear cambios y mejoras no sé por qué los proyectos de innovación están tan condicionados por multiplicidad de pautas, normativas y patrones tradicionales.

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